Agua en el vientre hasta explotar
Este procedimiento consiste en introducir agua en el estómago de la víctima, inmovilizada sobre una plataforma mediante cuerdas y tornillos, y a veces también mediante alambres espinosos. La forma de introducir el agua puede variar: se pueden usar trapos húmedos que se le meten a la fuerza mientras se le vierte agua en la boca, para después sacar el trapo (que entra hasta la garganta o más profundo) desgarrándole el interior; se puede meter el agua por conductos nasales, inflando al condenado hasta que su abdomen crezca tanto que las púas de los alambres (si los hay) se le claven; o, por último, se puede usar un embudo. En cualquier caso, el proceso desembocaba en muerte cuando, estando bien hinchado de agua el condenado, los torturadores le pegaban y lo aplastaban, llegando a un punto en que le hacían literalmente estallar el estómago…
Tortuga

Yao Zhan: partido por la cintura
Este método consistía en cortar a una persona por la cintura, de modo que quedasen intactos la mayoría de sus órganos, ubicados en la parte superior. El fin de esto era que el condenado tuviese un tiempo de agonía antes de morir desangrado, ya que tendría que afrontar la realidad de ser una mitad humana…
Al respecto existe una historia escalofriante, en la que el emperador Yongle, de la Dinastía Ming, pidió ejecutar con este método a Fang Xiaoru, erudito confucianista que había sido maestro del emperador Jianwen, cuyo trono usurpó Yongle en 1402. La causa de la ejecución fue que, habiendo tomado el poder, Yongle pidió a Fang Xiaoru que le escriba su discurso de investidura, pero Fang se negó, incluso bajo la amenaza de que se asesinaría a toda su familia. Pero el cruel Yongle no solamente asesinó a toda la familia de Fang Xiaoru, sino que, al ver que éste seguía en su voluntad de oposición, lo condenó a morir partido por la mitad; y es aquí, según cuenta la historia, cuando el lúcido Fang, arrastrándose por el piso tras haber perdido su mitad inferior, saca fuerzas para empapar su mano con su propia sangre, a fin de, como último gesto de rebeldía, escribir doce veces “usurpador” en el suelo…
El Péndulo

En este método, la víctima era primeramente asegurada en una tabla de madera con cuerdas, de modo que era imposible que se mueva. Por encima de la víctima estaba una enorme hoja metálica en forma de medialuna, que empezaba a descender poco a poco, balanceándose como un péndulo… Era algo realmente espeluznante que hacía palidecer a la guillotina, pues sobre la tabla podían terminar quedando dos mitades mediadas por un amasijo de órganos y sangre fresca…
Descuartizado por caballos
El descuartizamiento por caballos fue bastante usado por España durante la Conquista y la el período colonial, aunque también lo emplearon otros países europeos durante la Antigüedad, la Edad Media y la Edad Moderna, e incluso se usó durante la precristiana Dinastía Qin en China. Muchas personas conocidas murieron de esta forma, tales como: el clérigo francés Jacques Clément en 1589; el tiranicida (mató a Enrique IV de Francia) François Ravaillac en 1610; el casi tiranicida (intentó en vano matar a Luis XV) Robert François Damiens en 1757; el noble leonés Vellido Dolfos, que atravesó con su espada al rey Sancho II de Castilla; o el cacique revolucionario indio José Gabriel Túpac Amaru, cuya muerte en 1781, a manos de la Corona Española, tiene un valor anecdótico considerable en relación al tema del desmembramiento por caballos, ya que se cuenta que lo sobrevivió.
Aplastado por los elefantes

En cuanto a los elefantes empleados para ejecutar, al menos en India estos solían entrenarse para tal fin, y casi siempre los conducía alguien, de modo que siempre era posible dispensar perdón —en la cultura hindú el perdón era visto positivamente, y en contextos como éste se asociaba a una cierta superioridad por parte de su dispensador— si el condenado mostraba arrepentimiento. Generalmente los elefantes jugueteaban con el condenado antes de matarlo aplastándole la cabeza o el vientre, por lo que el proceso resultaba tremendamente angustioso para el condenado. Por último, y para que tengáis una impresión viva del método, citamos un relato (recopilado en Las Anécdotas de Percy) sobre una ejecución llevada a cabo en Vadodara durante 1814: ‹‹El hombre era un esclavo, y dos días antes había asesinado a su dueño, hermano de un jefe nativo llamado Amir Sahib. Alrededor de las once fue traído el elefante, con sólo el conductor en su espalda, rodeado de nativos con bambúes en las manos. El criminal fue colocado tres yardas detrás, en el suelo, sus piernas atadas por tres cuerdas, que a su vez estaban atadas a un anillo en la pata trasera derecha del animal. A cada paso que daba el animal le arrastraba hacia delante, y cada ocho o diez pasos le dislocaba algún miembro, que cuando el elefante había avanzado unas quinientas yardas estaban ya todos sueltos y rotos. El hombre, aunque cubierto de lodo, mostraba todos los signos de vida, y parecía estar pasando por el peor de los tormentos. Tras haber sido torturado de esta forma alrededor de una hora, se le llevó fuera de la ciudad, en donde el elefante, que está entrenado para este propósito, avanzó marcha atrás y puso su pata encima de la cabeza del criminal.››
Sentándose en superficies filosas


La sierra

El tormento de la rata
Ling Chi: Muerte por mil cortes
Esta forma de ejecución recibe su nombre porque, en ella, el condenado es primeramente drogado con opio (para que aguante el dolor) y atado a un poste, pero después sufre un proceso en el que se le hacen numerosos cortes de carácter no letal: se empieza por sus muslos y pechos, se continúa por manos, brazos y piernas, y así se va poco a poco realizando cortes por doquier, cortes que son cada vez más profundos y dolorosos, y en los cuales se van arrancando pedazos del condenado, y poniéndolos frente a éste, que permanece consciente gracias al opio, pudiendo así experimentar un tormento moral y emocional además de un mero suplicio físico. Y es que, lo que hace realmente espantosa esta forma de ejecución, es que el condenado es forzado a ser testigo del proceso de desintegración física que le conduce a su muerte, siempre dada a través de la decapitación o la extirpación de un órgano vital.
Esta cruel práctica se usó hasta principios del siglo XVIII, y estaba fundamentalmente dirigida a siervos que matasen a sus amos o a cualquiera que cometiese delitos de lesa majestad. No obstante, se sabe que hasta inicios del siglo XX se practicó, pues el último caso conocido (esto no quiere decir que no haya habido más después) fue el de Fu-zhu-li, ejecutado en Pekín un 10 de abril del año 1905…
Necklacing

El método se originó en Sudáfrica, en el contexto de los enfrentamientos (ligados al problema del Apartheid) que, durante 1980 y 1990, tuvieron lugar entre el Congreso Nacional Africano (CNA) y el Partido de la Libertad Zulu Inkatha. Se usó contra los negros que, o bien colaboraban con el poder blanco, o bien no participaban en las revueltas. Posteriormente volvió a usarse en Sudáfrica durante el 2008, por parte de los sudafricanos negros y en contra de inmigrantes negros de otras partes de África. Así mismo, el necklacing ha sido usado: en Haití, durante el periodo de transición democrática y en contra de los partidarios del dictador Jean Claude Duvalier; en Brasil, por parte de los narcotraficantes, quienes lo llaman “microondas” y hasta lo usaron contra el periodista Tim Lopes; y en Sri Lanka, dentro de la insurrección armada dirigida por Janatha Vimukthi Peramuna.
Corbata colombiana
Cocinado en un recipiente


La olla gigante: Este método consiste en poner al condenado en una olla gigante llena de agua, y cocinarlo allí a fuego lento, hasta que muera… Su uso ha estado presente en diversas culturas a lo largo de la historia; por ejemplo, estudios arqueológicos encontraron evidencia de que el método se en la Antigüedad dentro de China, y se sabe que durante el reinado de Enrique VIII (en Inglaterra) fue legal y se lo aplicó a envenenadores, al igual que, durante la Edad Media, Holanda lo empleó contra los falsificadores, y la Inquisición contra las “brujas”.
Comido por gusanos
Este método tiene distintas variantes. En la del burro (también podía emplearse otro animal, pero el burro era la opción favorecida), el condenado era desnudado y metido dentro de un burro muerto y entonces las larvas de las moscas confundían el tejido vivo del humano con el tejido putrefacto del animal, devorando a ambos… En la de la artesa (mal conocida como “el tronco”), que es la más importante y es originaria de Persia, sería mejor, quizá para que os transportéis algo en el tiempo, recurrir a las palabras del historiador griego Plutarco, quien describe en Vidas Paralelas el método, cuando cuenta lo que el rey persa Artajerjes II hizo con el eunuco Mitridates: ‹‹Mandó pues, que a Mitridates se le quitara la vida, haciéndole morir enartesado, lo que es en esta forma: tómanse dos artesas hechas de madera que ajusten exactamente la una a la otra, y tendiendo en una de ellas supino al que ha de ser penado, traen la otra y la adaptan de modo que queden fuera la cabeza, las manos y los pies, dejando cubierto todo lo demás del cuerpo, y en esta disposición le dan de comer, si no quiere, le precisan punzándole en los ojos; después de comer le dan a beber miel y leche mezcladas, echándoselas en la boca y derramándolas por la cara: vuélvenle después continuamente al sol, de modo que le dé en los ojos, y toda la cara se le cubre de una infinidad de moscas. Como dentro no puede menos de hacer las necesidades de los que comen y beben, de la suciedad y podredumbre de las secreciones se engendran bichos y gusanos que carcomen el cuerpo, tirando a meterse dentro. Porque cuando se ve que el hombre está ya muerto, se quita la artesa de arriba y se halla la carne carcomida, y en las entrañas enjambres de aquellos insectos pegados y cebados en ellas. Consumido de esta manera Mitridates, apenas falleció el decimoséptimo día.››
Ser despellejado vivo

En cuanto a la forma en que se realizaba, en la Edad Media era usual que se iniciase con un gran corte en forma de T en la espalda, desde el cual el verdugo iba tirando la piel, tratando siempre de hacerlo de un solo tirón y causando la menor hemorragia posible. Esa era la manera más común de desollamiento, pero también se podía ejercer con ayuda de herramientas, como los garfios de hierro, los ganchos con “forma de uña de gato”, las úngulas, los rastrillos, las pinzas de hierro, o inclusive pedazos de vidrio o cerámica rota.
Por último, un caso conmovedor de desollamiento es el de la virgen búlgara Santa Zlata de Maglene, quien fue secuestrada por un grupo de jóvenes turcos y, dado que se negó a casarse con el líder del grupo (principalmente porque esto implicaba su conversión formal e inmediata al Islam), fue desnudada, colgada de un árbol y desollada por sus salvajes secuestradores, quienes poco a poco le fueron arrancando a tirones la piel…
La gota china
Devorado por las hormigas

La barra candente y la espada
Águila de sangre

Se cree que, entre las víctimas posibles de este método, pudieron estar el rey Edmundo Mártir de Anglia Oriental, el príncipe Halfdan Haleg de Noruega, el rey Máel Gualae de Munster, y el arzobispo Ælfheah de Canterbury. No obstante su veracidad histórica no es unánimemente aceptada, pues para algunos historiadores responde a una mala interpretación del folclore y la mitología, aunque lo más probable es que sí haya sido una práctica históricamente auténtica. En todo caso, y para que os hagáis una idea viva, podemos citar un pasaje de la Saga Orkneyinga: ‹‹A la mañana siguiente, cuando hubo luz fueron a buscar hombres en las islas por si alguno había escapado; y cada uno fue matado sobre el terreno nada más levantarse. Entonces el conde Torf-Einarr dijo estas palabras: “no sé lo que veo en Rinansey, a veces esto sucede, pero a veces esto se postra, que ni es ave o un hombre, iremos a ello.” Allí encontraron a Halfdan Piernas Largas, y Einar los hizo esculpir a un águila sobre su espalda con una espada, y cortar todas las costillas de la columna vertebral, y exponer los pulmones allí fuera, y le ofreció a Odin por la victoria ganada; entonces Einar cantó.››
Traspasados por el bambú

Muerte con metales fundidos

Fuentes: