He aquí la clara represión de los que se suponen que deben protegernos.
viernes, 26 de agosto de 2011
Sokushinbutsu: Los monjes que se momifican vivos
Durante varios siglos, en Japón existió una secta budista cuyos monjes se sometían a un brutal rito de suicidio que hacía que sus cadáveres se momificaran sin necesidad de ningún tratamiento postmortem. El objetivo de este ritual era convertirse en budas.
Según la religión budista, después de la muerte nuestra alma se reencarna con lo que estamos atrapados en un ciclo de vidas y muertes, el Samsara, que en principio es eterno, salvo para los budas. Un buda es una persona que ha alcanzado el estado de iluminación, el nirvana, y que, tras su muerte, no se reencarnará sino que su alma se fundirá con el Universo convirtiéndose así en parte de la divinidad.
¿Como se convierte uno en buda? El camino general es someterse a una vida de sacrificio y renuncia que nos desligue del mundo material, aunque dentro del budismo existen diferentes confesiones, cada una con sus propios ritos y costumbres.
Y aquí llegamos a los Sokushinbutsu; se trata de una secta budista del norte de Japón cuyos miembros se sometían a un ritual absolutamente brutal que les llevaba a la muerte y, según ellos creían, al nirvana.
El rito consta de las siguientes etapas:
- Durante mil días, el monje se alimenta exclusivamente de nueces y frutos secos y se somete a un duro programa de ejercicio físico. Este tratamiento le hace perder toda la grasa corporal, que es lo primero que se pudre tras la muerte
- Durante mil días mas, se alimenta solo de cortezas y raices, y tomaban un te elaborado a partir de la savia de urushi, un árbol típico del sudeste asiático y de agua de un manantial sagrado situado en el Monte Yudono. Aparte de que la savia de este árbol es tóxica, el manantial indicado contiene altas dosis de arsénico. El resultado es un te venenoso que al tomarlo produce sudores y vómitos, provocando así la eliminación de los líquidos corporales; además, al ser absorbido por el cuerpo del monje hace que este se vuelva tóxico para los insectos responsables de la descomposición de los cadáveres.
- Tras completar esta preparación, el monje se entierra vivo en una pequeña cripta donde solo tiene espacio para mantenerse en la postura de la flor de loto; su única conexión con el exterior es un tubo de aire para respirar y un cordón con el que hace sonar una campanilla. Cada día, el monje hace sonar la campanilla para indicar que aun está vivo; cuando deja de sonar, se entiende que ha fallecido y se sella la tumba.
- Mil días mas tarde, la tumba se abre y se observa el estado del cuerpo; si se ha momificado se entiende que el monje ha alcanzado el nirvana y se ha convertido en buda, con lo que su cuerpo se llevará a un santuario donde será adorado como un dios; si el cuerpo se ha corrompido se entiende que no ha alcanzado el nirvana, así que se le enterrará con honores en reconocimiento al martirio que ha sufrido.
martes, 23 de agosto de 2011
Las áreas protegidas de América Latina - situación actual y perspectivas para el futuro (PDF).
En sus 230 páginas, la publicación Las áreas protegidas de América Latina - situación actual y perspectivas para el futuro revela el patrimonio natural de nuestra región. La historia de los sistemas nacionales de áreas protegidas, un registro de la situación actual y el análisis de las perspectivas y desafíos que enfrentan éstas en el siglo XXI, ilustrados con mapas y fotografías, forman parte de su contenido.
“El desafío de editar un libro con información sobre los sistemas nacionales de áreas protegidas (SNAP) para 22 países del subcontinente latinoamericano resultó una tarea compleja —una complejidad que refleja la diversidad geográfica, étnica, cultural, política y socioeconómica de la región”, afirma Joerg Elbers, editor de la publicación.
La investigación de las áreas protegidas bajo jurisdicción nacional dio como resultado la existencia de 1949 áreas protegidas en América Latina; con una superficie terrestre protegida que llega a más de 211 millones de hectáreas; un 10,4% de la extensión terrestre de los 22 países. Mientras tanto, la superficie marina protegida alcanza casi 29 millones de hectáreas, que representa un 2,1%.
“Las áreas protegidas pueden cumplir un papel preponderante en la reorientación de nuestra civilización. Es ahí donde reside un repositorio importante no solo de biodiversidad, sino también de culturas diversas que conservan además de conocimientos valiosos sobre la naturaleza, paradigmas de vida alternos a lo que hoy día rige en el mundo”, afirma Joao de Queiroz, Director Regional de la UICN.
De su cuidado y conservación, somos responsables todos. No solo las poblaciones locales o los gobiernos, sino también de los habitantes de las ciudades. Estos espacios son clave para proteger la naturaleza y los servicios ambientales que necesitamos para mantener la vida en el planeta.
“De este modo, las actuaciones a desarrollar en la conservación de áreas protegidas deben enfocarse para que éstas cumplan y sigan criterios adaptados a la nueva situación, como centrar la relación entre conservación y desarrollo en el pago por servicios ambientales, avanzar en la conservación de las áreas protegidas marinas y de agua dulce, integrar a los pueblos indígenas en los procesos de decisión y planificación, fortalecer la capacitación de los guardaparques, y promover la vinculación entre los objetivos de conservación y desarrollo a través del ordenamiento territorial como herramienta básica de planificación”, afirma Rosa Aguilar Rivero, Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de España.
Esta publicación presenta igualmente los logros y los retos a futuro. “Indudablemente hubo grandes avances en la gestión de las áreas protegidas en América Latina en los últimos 20 años. Y estos avances van mucho más allá del aumento en la proporción de superficie protegida. Existen buenas perspectivas para el futuro y también muchos desafíos. Cada capítulo país cuenta al final con una sección sobre estos puntos".
Link de descarga: http://data.iucn.org/dbtw-wpd/edocs/2011-019.pdf
Fuente: http://www.iucn.org
“El desafío de editar un libro con información sobre los sistemas nacionales de áreas protegidas (SNAP) para 22 países del subcontinente latinoamericano resultó una tarea compleja —una complejidad que refleja la diversidad geográfica, étnica, cultural, política y socioeconómica de la región”, afirma Joerg Elbers, editor de la publicación.
La investigación de las áreas protegidas bajo jurisdicción nacional dio como resultado la existencia de 1949 áreas protegidas en América Latina; con una superficie terrestre protegida que llega a más de 211 millones de hectáreas; un 10,4% de la extensión terrestre de los 22 países. Mientras tanto, la superficie marina protegida alcanza casi 29 millones de hectáreas, que representa un 2,1%.
“Las áreas protegidas pueden cumplir un papel preponderante en la reorientación de nuestra civilización. Es ahí donde reside un repositorio importante no solo de biodiversidad, sino también de culturas diversas que conservan además de conocimientos valiosos sobre la naturaleza, paradigmas de vida alternos a lo que hoy día rige en el mundo”, afirma Joao de Queiroz, Director Regional de la UICN.
De su cuidado y conservación, somos responsables todos. No solo las poblaciones locales o los gobiernos, sino también de los habitantes de las ciudades. Estos espacios son clave para proteger la naturaleza y los servicios ambientales que necesitamos para mantener la vida en el planeta.
“De este modo, las actuaciones a desarrollar en la conservación de áreas protegidas deben enfocarse para que éstas cumplan y sigan criterios adaptados a la nueva situación, como centrar la relación entre conservación y desarrollo en el pago por servicios ambientales, avanzar en la conservación de las áreas protegidas marinas y de agua dulce, integrar a los pueblos indígenas en los procesos de decisión y planificación, fortalecer la capacitación de los guardaparques, y promover la vinculación entre los objetivos de conservación y desarrollo a través del ordenamiento territorial como herramienta básica de planificación”, afirma Rosa Aguilar Rivero, Ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino de España.
Esta publicación presenta igualmente los logros y los retos a futuro. “Indudablemente hubo grandes avances en la gestión de las áreas protegidas en América Latina en los últimos 20 años. Y estos avances van mucho más allá del aumento en la proporción de superficie protegida. Existen buenas perspectivas para el futuro y también muchos desafíos. Cada capítulo país cuenta al final con una sección sobre estos puntos".
Link de descarga: http://data.iucn.org/dbtw-wpd/edocs/2011-019.pdf
Fuente: http://www.iucn.org
Central Ralco sería la responsable de inundaciones del 2006 en Bío-Bío
Una arista hasta ahora desconocida y de alcances insospechados se abrió para las familias ribereñas del río Bío-Bío que fueron afectadas por las inundaciones del 2006, al divulgarse informes del Sernageomin donde tácitamente se reconoce la responsabilidad de la operación de la central Ralco en este fenómeno.
El antecedente se conoció a raíz de la evaluación ambiental del proyecto Hidroaysén, donde el informe de expertos del Servicio Nacional de Geología y Minería advertía que el vaciado repentino de embalses puede causar graves consecuencias.
Ahí se aludió específicamente a la operación de la central Ralco en el invierno del 2006, lo cual coincide con las peores inundaciones en las comunidades ribereñas del valle del río Bío-Bío que causaron muertos y daños materiales. Pese a que los organismos públicos desvirtuaron la responsabilidad de las centrales Ralco y Pangue en las inundaciones aguas abajo, más de 260 familias de Los Ángeles demandaron a Endesa y al Estado chileno. Para los dirigentes de las comunidades afectadas, el antecedente del Sernageomin sería un reconocimiento tácito que la operación de la central Ralco originó las crecidas.
Claudio Gutiérrez, que representa al sector de La Suerte, el más golpeado por las inundaciones de hace cinco años, sostuvo que analizarán con calma la información para decidir los pasos a seguir. Sin embargo, el informe de los geólogos, que contenía diversas observaciones a Hidroaysén, no fue tomado en cuenta la Dirección del organismo que finalmente el dio el visto bueno al proyecto energético.
Esto dio origen a una polémica por el eventual ocultamiento de esa información a días que se tomara la decisión del Sistema de Evaluación Ambiental que visó al complejo generador austral.
Fuente: http://www.biobiochile.cl
El antecedente se conoció a raíz de la evaluación ambiental del proyecto Hidroaysén, donde el informe de expertos del Servicio Nacional de Geología y Minería advertía que el vaciado repentino de embalses puede causar graves consecuencias.
Ahí se aludió específicamente a la operación de la central Ralco en el invierno del 2006, lo cual coincide con las peores inundaciones en las comunidades ribereñas del valle del río Bío-Bío que causaron muertos y daños materiales. Pese a que los organismos públicos desvirtuaron la responsabilidad de las centrales Ralco y Pangue en las inundaciones aguas abajo, más de 260 familias de Los Ángeles demandaron a Endesa y al Estado chileno. Para los dirigentes de las comunidades afectadas, el antecedente del Sernageomin sería un reconocimiento tácito que la operación de la central Ralco originó las crecidas.
Claudio Gutiérrez, que representa al sector de La Suerte, el más golpeado por las inundaciones de hace cinco años, sostuvo que analizarán con calma la información para decidir los pasos a seguir. Sin embargo, el informe de los geólogos, que contenía diversas observaciones a Hidroaysén, no fue tomado en cuenta la Dirección del organismo que finalmente el dio el visto bueno al proyecto energético.
Esto dio origen a una polémica por el eventual ocultamiento de esa información a días que se tomara la decisión del Sistema de Evaluación Ambiental que visó al complejo generador austral.
Fuente: http://www.biobiochile.cl
Suscribirse a:
Entradas (Atom)