jueves, 26 de septiembre de 2013

Esqueletos decorados con joyas, ''Los santos de las catacumbas''.


El culto a los muertos es un ritual que muchas culturas de la humanidad perpetuaron, pero ninguna como el cristianismo. Estas fotografías son un claro ejemplo de cómo la vida después de la muerte es más elegante y ostentosa para algunos, y como un esqueleto puede representar un santo es “arreglado” lo suficientemente bien. Estos esqueletos representan algo difícil de determinar. En realidad poseen algo extraño, tiene su encanto y su estética, su pesadilla y su grandeza.


Los esqueletos decorados fueron encontrados originalmente en las catacumbas debajo de Roma en 1578 y distribuidos a las iglesias cristianas que habían perdido sus reliquias en la Contrarreforma. Sobre la creencia de que estos huesos eran los restos de los mártires -sin siquiera saber a quien pertenecieron- las iglesias que los recibieron se dedicaron a adornarlos con más joyas, sedas y prendas de oro. Todo para tener más “importancia” como templos sagrados. Sin embargo, cuando llegó la Ilustración, las iglesias se sintieron avergonzadas por el monto de dinero y excesos que los esqueletos representaban, y los escondieron o desaparecieron.

Paul Koudounaris, fotógrafo y autor de Heavenly Bodies: Cult Treasures & Spectacular Saints from the Catacombs, se dedicó a darles seguimiento y a sacarlos de la oscuridad. Su libro explica cómo fue que estos esqueletos llegaron a ser tan glamorosos, y a que santo representa cada uno.

 










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